¿Cerámico o Porcelanato? ¿Cuál elijo?

La elección entre cerámico o porcelanato parece digna de una pelea sin cuartel. Sin embargo hay que tener en cuenta algunos puntos básicos sencillos. Para tomar la decisión acerca de por cuál opción decidirse vamos a aclarar primero de qué estamos hablando. El cerámico es la placa tradicional de arcilla con una capa de esmalte cocida al horno a muy alta temperatura. Hay gran variedad de colores, diseños brillos y texturas, además de resistencias. Son los más difundidos y son los que por lo general todos tenemos en casa.

El Porcelanato es una placa mezcla de arcillas, minerales molidos y otros componentes que luego de pasar por el horno son pulidos para adquirir un brillo espejado inalcanzable para el Cerámico. Ese proceso de pulido lo encarece notablemente. Además la pasta es muy dura y son entonces muy resistentes. El problema es que no admiten muchos diseños y los colores son demasiado parejos. Hace unos años aparecieron los porcelanatos esmaltados que tienen la misma base pero una capa de esmalte que permiten otros colores y diseños. Los esmaltes utilizados son de muy alta calidad por lo que tienen muy buena resistencia al tránsito. También son de un precio más alto.

La elección depende de dos cuestiones. La primera es el diseño. Los porcelanatos son, para muchos, más lindos que los cerámicos, sobre todo los pulidos. También son más resistentes al tránsito y esta es la segunda razón que hace que los elijamos. Por ambas razones son más caros. La decisión debe sostenerse en lo que nos gusta y en la resistencia necesaria. Hay gente que pone porcelanato en ambientes de muy bajo tránsito, pero si le gusta… no hay problema. En ocasiones se pone cerámico en locales comerciales de mucho paso de personas. Es más barato pero poco durable ¡acá si que es necesario poner porcelanato por su dureza! En definitiva la elección es estética (lo que me gusta), económica (cuánto estoy dispuesto a pagar) y técnica (qué tipo de piso necesito de acuerdo con el uso que le voy a dar).

Siempre la decisión queda del lado del comprador y hay que lograr equilibrio entre lo que quiero (gusto), lo que puedo (precio) y lo que debo (resistencia). Tenelo en cuenta.