Cuando vas a comprar un cerámico podés tener una idea de color o de brillo de acuerdo a tu gusto. También es posible que haya una tendencia a placas chicas o grandes. Pero lo único que tenés con absoluta certeza es el uso al que ese cerámico será sometido. Es una condición que no va a modificarse y es el que mandará para la elección. El uso es lo que permitirá al asesor que te atienda en el local de venta para orientarte por los variados caminos estéticos que los cerámicos nos ofrecen: colores, texturas, brillos o formas. Cuantos más datos le des de tus gustos más fácil le vas a hacer el camino para que te pueda ayudar.-
Pero fundamentalmente el uso del cerámico es que condicionará un atributo fundamental de estos materiales: su dureza y resistencia al desgaste. Ya hablaremos específicamente de este tema en la próxima entrega pero convengamos que es de acuerdo al uso el nivel de resistencia que necesitamos. Es claro que para un uso familiar necesitaremos mucho menos resistencia que para un local comercial. Pero atención, porque no es lo mismo un local en pleno centro que en un barrio alejado. Más aún si el lugar para colocar es el aeropuerto de la foto. Hay que ser razonable a la hora de la elección porque, como siempre pasa, lo barato puede salir muuuuy caro.-
El uso manda. Es lo que te guía y condiciona. Después estarán todas tus exigencias y deseos estéticos y decorativos. Y ahí hay un cielo enorme para volar.-
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