miércoles, 24 de enero de 2018

Ese maldito caño trae malas noticias para tus cerámicos.

Un caso que se repite a diario: tenés una pérdida en un caño y el plomero tiene que romper el piso o la pared (o ambos) para solucionarlo. Estás en problemas de plomería y agua. Pero no tanto. Lo de la pérdida se va a arreglar y se soluciona. Tu verdadero problema son los cerámicos que hay que colocar. ¡Pero no puede ser tan difícil!, decís. Imaginás que vas a un negocio que vende cerámicos, llevás un pedazo de muestra, el vendedor te da una caja y listo ¡a colocar y tapar la rotura! Si son nada más que cinco cerámicos...-
Nada más lejos de la realidad. Ya hemos hablado de esto en otras ocasiones. Los modelos cerámicos varían mucho por diversas razones y lo más probable, y acá va la primera mala noticia, es que el que vos tenés no lo encuentres. ¡Pero si lo puse hace cinco años! Si, pero el azar hace estas cosas. Por alguna razón la fábrica decidió no hacerlo más o el local no lo tiene entre sus productos y ya no lo podés encontrar.-
Salís entonces a buscarlo por la ciudad. Tenés la esperanza de encontrar alguno parecido pero no... vos querés que sea ese. Puede que justo diste con uno muy cercano, ponés la muestra al lado y pasa desapercibido. pero hay más malas noticias: la medida no tiene nada que ver. Es más grande o más chico. No sirve. Si tenés la enorme suerte de encontrar el mismo modelo, después de recorrer diez locales, la mala noticia es que no es de la misma partida y ¡¡¡¡cambia el tono!!!!
No busques más. Ni siquiera empieces. Gastas tiempo, combustible y serenidad. La recomendación es que, si no tenés placas guardadas, le digas al albañil que haga un pequeño alisado de cemento tonalizado con ferrite buscando el color del piso y cuando puedas cambias el piso. Te lo decimos por tu salud.-

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