1) Revisá bien tu compra. Fijate que sea el modelo que elegiste y que sea también la cantidad correcta.
2) Verificá tono y calibre. Además asegurate que todas las cajas tengan el mismo tono y calibre.
3) Comprá un pocos más de lo indispensable. Tené la precaución de comprar un 5% más. A veces si falta volvés a comprar y se agotó. Te vas a querer matar...
4) Guardalos correctamente. Muchas veces se apilan mal o se dejan desordenados o con las cajas abiertas. Cuando los van a colocar hay rotos. No podés reclamar nada.
5) Contratá un buen colocador. Uno malo va a deslucir tus cerámicos, dejará dientes, hará cortes desprolijos. Lo barato sale caro.
6) Por bueno que sea controlalo. Tené siempre un ojo encima mientras trabaje. Fijate que ponga bien las guardas, que respete la combinación y que haga todo con profesionalismo.
7) Asesorate para elegir la resistencia adecuada. Si el piso es poco resistente se va a gastar rápido si no es lo suficientemente duro. Comprá en consecuencia. Después es difícil reclamar.
8) Tratá a tus pisos con cariño. Usá felpudos y protegé las sillas con tapones plásticos o alfombra en las patas. Cuanto más lo cuides, más dura.
9) Si comprás segunda conocé las consecuencias. Compraste segunda y ahorraste plata pero tené en cuenta que perdiste calidad. No podés reclamar defectos cuando ya sabías que los tenía.
10) NUNCA COLOQUES SI TENÉS DUDAS. Todo es posible si no colocaste. Una vez puesto las cosas son más difíciles. Si ves algún problema (ves diferencias de tonalidad, manchas, etc.) volvé a donde lo compraste y explicá el problema para que te lo solucionen o te lo cambien.-
